“Permanecer sensibles y realizar acciones que den como resultado el bienestar y felicidad de quienes más necesitan de nuestro respaldo”, expresó la presidenta del Sistema Estatal DIF, Gabriela Velázquez de Mendoza, al presidir la inauguración y entrega del salón de juegos en la Casa Cuna- Casa Hogar del Estado, la cual fue posible gracias a la colaboración y donación que llevó a cabo la integrante del voluntariado del SEDIF, Bárbara González Schcolnik.
En compañía de la presidenta del Sistema DIF Municipal de La Paz, Alma Rosa Geraldo de Martínez, de igual manera por la coordinadora de Casa Cuna- Casa Hogar Guadalupe Velarde Corral, así como por el arquitecto responsable del diseño y ejecución del proyecto, Miguel López Espinoza y por las damas que integran el Voluntariado del SEDIF, la presidenta destacó la importancia de contribuir en las tareas que ocupan día a día al SEDIF, pues habla del alto compromiso que existe en la sociedad de ayudar a quienes más apoyo necesitan, como lo son las niñas y niños de la Casa Hogar del Estado.
En ese sentido destacó el constante respaldo que se ha mantenido por parte de los voluntariados, la sociedad civil organizada y también el sector privado, ya que gracias a esta coordinación permanente de esfuerzos se continúa fortaleciendo una institución tan noble.
Por lo que agradeció de manera muy especial el importante esfuerzo realizado por parte de la Voluntaria Bárbara González, ya que sin duda con este significativo donativo todos los momentos de alegría que podrán disfrutan los pequeños, contribuirán a motivarlos, incentivar y promover valores entre ellos.
Gabriela Velázquez agregó que este salón de juegos es un espacio de diversión donde además los pequeños pueden aprender, ya que está dotado con libros interactivos y didácticos donde podrán desarrollar sus habilidades motoras e intelectuales y al mismo tiempo es una herramienta reguladora de conductas en la que se fomenta el trabajo en equipo, la generosidad y el respeto.
Por último la presidenta del SEDIF, insistió que todas las niñas y niños merecen vivir en plenitud, disfrutando de su infancia, por lo que cualquier esfuerzo que se haga para lograrlo, servirá para forjar ciudadanos de bien que impulsen el desarrollo de una sociedad sana y fortalecida en valores.